miércoles, 29 de agosto de 2007

EL VALOR DEL GUETO

teotihuacan-piramide del sol



teotihuacan-piramide de la luna


Nuestro viaje a México además de serlo hacia un país fascinante por su historia y por sus gentes, ha sido también, por nuestra condición de mujeres y de lesbianas, un viaje hacia lo femenino; convivir durante muchos días con otras mujeres y compartir con ellas unos valores y una forma de entender las relaciones que sentimos nuestras y en ocasiones por desgracia alejadas de nuestra cotidianidad.

Hay una idea extendida según la cual no es bueno encerrarse en guetos, es como mínimo irónico en nuestro caso, si tenemos en cuenta que tal y como funciona la sociedad, nosotras siempre hemos vivido en uno, el “gueto” de los heterosexuales.

Quien no ha vivido la experiencia de encontrarse en el trabajo, por ejemplo, con un amigo@ del alma y verse en la situación de no saber como explicarle cual es tu condición sexual (al menos en la gente de mi generación) sabiendo por experiencia que eso que no debería cambiar nada, en ocasiones lo cambia todo. Obviamente los heterosexuales no tienen ese problema, pueden hablarnos libremente, hasta matarnos de aburrimiento, de sus parejas por muy indeseables que sean, con la tranquilidad que da el sentirse “normal”, dentro de lo que políticamente es correcto.

En esta sociedad donde se “tolera” a las minorías, pero donde difícilmente se las respeta, el ser diferente o no ajustarse a las tendencias mayoritarias no parece ser un valor, si no una especie de tara por la que hay que hacerse perdonar la vida.
Estamos aun lejos de entender el valor de una sociedad plural y diversa, donde las diferencias no son un lastre sino algo enriquecedor y necesario.

Estos días hemos tenido la enorme suerte de convivir en lo que se podría llamar, un gueto temporal y voluntario entre mujeres, mujeres lesbianas que sienten y aman a otras mujeres.

Primero mujeres y después lesbianas; obligadas a tener que luchar por el día a día y la subsistencia en un mundo con valores masculinos, donde además el ser lesbiana se considera una carencia, ellas como nosotras, conservan intactos algunos valores que yo personalmente ( y que me perdonen los chicos que puedan sentirse aludidos, por que efectivamente generalizar siempre es odioso) considero intrínsicamente femeninos y que al menos a mí son los que más me gustan de ser mujer: el valor de la ternura, del afecto, del respeto a través del cariño por las diferencias de carácter o de humor y ese protegerse entre ellas, cuidarse, ocuparse siempre de no herir sensibilidades, teniendo como punto de partida el ser todas buenas personas.
La alegría de estar juntas pudiendo hablar libremente de las novias, aventuras y desventuras de ser lesbiana, en un mundo que cree que hay algo que nos hace ser menos o tener una limitación.

La única limitación es una sociedad que todavía no es adulta, en la que solo muy recientemente se empieza a respetar a las mujeres como personas independientes ( que no dependientes) y donde nuestras amigas luchan por tener las mismas oportunidades que los varones fuera y consiguen mantener dentro, en sus vidas y sus relaciones, las ideas claras sobre lo que realmente nos hace felices, sobre las cosas que de verdad, nos son necesarias para poder vivir plenamente: la amistad, la ternura, el afecto, el respeto y en esta ocasión además, el sentirse libres para ser ellas mismas, no tener que disimular sobre quienes son, para no herir la sensibilidad de aquellos que no tienen ninguna sensibilidad hacia los que sienten diferente.

Este es un gueto donde no nos importaría vivir, ojalá pudiéramos juntarnos en una especie de comunidad donde poder ahondar en los valores vividos estos días, como una gran familia, diversa por que lo somos y poder compartir el día a día con esas mujeres espléndidas, con ese calor tan cercano.

Poder reírnos juntas mas a menudo de las estupideces que estamos obligadas a ¡Tolerar! .

Un beso desde aquí para nuestras amigas mexicanas, la sal y la pimienta de la vida, la alegría de vivir.

Sasha

jueves, 23 de agosto de 2007

DE VUELTA DE MÉXICO



XOCHIMILCO 2007



Ja som ací! de vuelta del extremo de la tierra. Vereis, parecería que exagero pero este charco es pero que muy grande, no se acaba nunca, sobre todo cuando te transportan como al ganado (pobre ganado) Resultado, acabas en una larga e interminable sesión de yoga donde las piernas y demas partes del cuerpo adquieren las mas insospechadas posturitas. El trabajo posterior es como recomponer la posición erecta que aprendida tras millares de años, llegas a perder en un solo trayecto aéreo sobre el Atlántico; un entero despropósito por parte de las compañias aéreas. Esta no era la finalidad del post, así que paro en seco y continuo:
México D.F. el destino maravilloso de unos días, felices por cuanto hemos visto, pero más feliz aún ha sido el hecho de "estar y vivir" con una gente maravillosa. Un país y un paisaje por dentro es lo que hemos vivído. Todo muy impactante por las diferencias, imposible juzgarlas, el corazón ha ido deprisa y la respiración no tenía recorrido( la altitud) lo que en cierta manera acompañaba a las sensaciones y los sentimientos.
Aún necesito tiempo para digerir una experiencia tan intensa. Gracias chicas por este regalo, no lo olvidaremos en la vida. México tiene magia y vosotras también.