A la frase la decepción es muda se podría contestar con otra, la indiferencia es sorda, muda una y sorda la otra la comunicación esta servida (mmm).
¿ De que estoy hablando?, de relaciones frustradas esta claro, puestos a elegir me quedo con la indiferencia de todas todas, la decepción es terrible, aparte de la sensación de vacío que produce y la perplejidad, siempre queda la sospecha de la propia estupidez ante preguntas del tipo: ¿cómo no me di cuenta antes?, ¿cómo pude engañarme de esta manera?, y otros interrogantes igualmente poco esperanzadores para el propio ego.
El siguiente paso es mas jodido, sobrevivir a la decepción cuando las expectativas eran realmente importantes para ti, para eso todos tenemos una respuesta fácil, la decepción se cura con otra ilusión ( ja! )
Lo cierto es que no se cura , ni se olvida, la herida queda ahí y vivimos con la secreta esperanza de que el tiempo haga su trabajo haciendo al objeto de nuestra decepción cada vez mas lejano y menos doloroso.
Hay una frase que yo creo que define muy bien la desolación que produce este sentimiento: “Lo terrible no es que me hayas mentido , es que ya nunca te podré creer”.
Cuando somos nosotros mismos los que nos mentimos haciendo especiales unas relaciones que nunca lo fueron o atribuyendo unos determinados sentimientos a gente que nunca los tuvo, solo podemos consolarnos en la creencia de que alguna cosa habremos aprendido y que la próxima vez seremos mas exigentes a la hora de pedir reciprocidad en las relaciones del tipo que sean : amor, amistad...
Otra posibilidad es recurrir al sistema clásico, esa frase maravillosa de...tu te lo pierdes!!, si fuimos capaces de engañarnos en otras cosas , por que no en esto?.
Afortunadamente como dice una amiga mía, “mas adelante hay gente” y esas personas nos ayudan a vivir y a confiar de nuevo, una cosa es segura estamos rodeados de milagros y depende de nuestra inteligencia el que seamos capaces de verlos.
Sasha
¿ De que estoy hablando?, de relaciones frustradas esta claro, puestos a elegir me quedo con la indiferencia de todas todas, la decepción es terrible, aparte de la sensación de vacío que produce y la perplejidad, siempre queda la sospecha de la propia estupidez ante preguntas del tipo: ¿cómo no me di cuenta antes?, ¿cómo pude engañarme de esta manera?, y otros interrogantes igualmente poco esperanzadores para el propio ego.
El siguiente paso es mas jodido, sobrevivir a la decepción cuando las expectativas eran realmente importantes para ti, para eso todos tenemos una respuesta fácil, la decepción se cura con otra ilusión ( ja! )
Lo cierto es que no se cura , ni se olvida, la herida queda ahí y vivimos con la secreta esperanza de que el tiempo haga su trabajo haciendo al objeto de nuestra decepción cada vez mas lejano y menos doloroso.
Hay una frase que yo creo que define muy bien la desolación que produce este sentimiento: “Lo terrible no es que me hayas mentido , es que ya nunca te podré creer”.
Cuando somos nosotros mismos los que nos mentimos haciendo especiales unas relaciones que nunca lo fueron o atribuyendo unos determinados sentimientos a gente que nunca los tuvo, solo podemos consolarnos en la creencia de que alguna cosa habremos aprendido y que la próxima vez seremos mas exigentes a la hora de pedir reciprocidad en las relaciones del tipo que sean : amor, amistad...
Otra posibilidad es recurrir al sistema clásico, esa frase maravillosa de...tu te lo pierdes!!, si fuimos capaces de engañarnos en otras cosas , por que no en esto?.
Afortunadamente como dice una amiga mía, “mas adelante hay gente” y esas personas nos ayudan a vivir y a confiar de nuevo, una cosa es segura estamos rodeados de milagros y depende de nuestra inteligencia el que seamos capaces de verlos.
Sasha
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